Última carta de monseñor Jorge Gottau
La carta con la que monseñor Jorge y el padre Emilio se despidieron de la diócesis es una exacta descripción de todo la obra que realizaron durante sus 31 años de servicio episcopal al frente del obispado de Añatuya. Un enorme trabajo en favor de la evangelización y la promoción humana de los más pobres de la región del chaco santiagueño.
Añatuya, noviembre de 1992
A nuestros queridos sacerdotes, religiosos/as, amigos y bienhechores:
Dios mediante, el sábado 19 de diciembre celebraré mis 50 años de vida sacerdotal con una misa celebrada en nuestra iglesia catedral, que será al mismo tiempo, la despedida de esta diócesis en que, por la gracias de Dios, fui obispo durante 31 años, siendo acompañado durante todo ese tiempo por el R. P. Emilio de Elejalde, que también se retirará.
Esta carta quiere ser una invitación y, al mismo tiempo, una verdadera acción de gracias a Dios nuestro Señor, a la santísima Virgen y a todos ustedes que, con su comprensión y ayuda constante, han hecho posible esta realidad de la diócesis de Añatuya, testimonio de fe y de amor.
En función de evangelización, hemos recorrido durante este tiempo, varias veces al año todo el territorio diocesano, haciendo además, predicar la Santa misión cada cinco años. Fruto de este trabajo son las 150 capillas que se han construido, a lo que hay que agregar 60 casas de sacerdotes y comunidades religiosas, contando actualmente con más de 30 comunidades dedicadas al apostolado. Se ha construido también la Casa de la catequesis a donde se forman los futuros catequistas que ejercerán su misión principal en el interior de la diócesis. A todo esto cabe agregar el monasterio Madre de Dios, donde en el silencio de la vida monástica, las monjas elevan constantemente sus plegarias al cielo por la diócesis y sus bienhechores.
También se dedicó mucho esfuerzo a la educación. Se han construido y dotado ocho escuelas secundarias, en las que se forman gratuitamente más de dos mil jóvenes de ambos sexos. Una escuela especial con secciones para sordos y para ciegos. Tres escuelas primarias con jardines de infantes y, en el nivel terciario funcionan cuatro profesorados. A esto hay que añadir 57 escuelas-taller para la formación de la mujer con más de mil doscientas alumnas, y estos talleres están diseminados por toda la diócesis.
En orden a la asistencia social y salud funcionan dos hogares para niños discapacitados sin recuperación. Un hogar de niños huérfanos o semi huérfanos. Hogares de ancianos y ancianas. Más de treinta pequeños dispensarios para atender las urgencias de los más carenciados, contando con toda una provisión de los remedios más comunes y necesarios. Todos estos servicios están atendidos en toda la Diócesis por religiosas. La Coordinación está a cargo de Cáritas diocesana que cuenta con una infraestructura importante en ma-teria de salud y alimentación. Desde Cáritas se distribuye cada año un refuerzo alimenticio durante el invierno a diez mil niños en edad escolar. Además por el sis-tema de Ayuda mutua se han construido durante estos 30 años más de dos mil vi-viendas para familias muy carenciadas. Se les proporcionan los materiales y ellos mismos construyen su vivienda.
En promoción humano-cristiana se ha creado el Proyecto de El Salado, que con ayuda de técnicos y promotores capacitan a 55 grupos integrados por 494 familias y un total de 2.988 personas logra un mejor aprovechamiento tanto de la agricultura como de la ganadería, habiéndose realizado un progreso muy grande en el mejoramiento del ganado caprino, del cual se han censado más 30.000 animales.
Todo esto se ha podido concretar gracias a la ayuda de todos ustedes. Sin esa ayuda y sin ese aliento no hubiéramos podido enfrentar a tanta pobreza y tantas carencias como las que encontramos al llegar por primera vez a la diócesis, hace más de 30 años.
Como se acerca la fiesta de Navidad, queremos que esta carta sirva también de un saludo muy cariñoso con la promesa de nuestras oraciones, y a la vez formularles un pedido.
Queda como obispo diocesano monseñor Antonio Baseotto. muy con sustanciado con el quehacer de la diócesis desde hace casi 20 años. Para él pedimos la misma ayuda y comprensión que han tenido para nosotros.
Que estas hermosas fiestas los encuentren gozando de esa felicidad que el Señor sabe dar a cuantos le aman y muestran su amor ayudando a los más pobres.
Cordialmente, en Jesús y María
Padre Emilio de Elejalde
Secretario Canciller
Monseñor Jorge Gottau
Obispo de Añatuya