Por monseñor Adolfo Uriona f.d.p.

Carta pastoral de Cuaresma 2011

INTRODUCCIÓN

Queridos hermanos:

Una vez más les escribo en tiempo de Cuaresma, tiempo fuerte de gracia y conversión, en el que nos preparamos para la celebración del acontecimiento central de nuestra fe: LA PASCUA, es decir, la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Ya es tradición también que esta carta sea “programática”, es decir, que en ella se expongan las líneas que orientarán la acción pastoral de todo el año. En el presente caso será simplemente un complemento a lo que les escribí el 31 de julio del 2010, convocando a todos los fieles de la diócesis de Añatuya a celebrar el Jubileo diocesano.

Evidentemente el 2011 es un año muy especial: es un AÑO JUBILAR.

La diócesis de Añatuya cumplirá las Bodas de Oro de su creación y del inicio pastoral del primer Obispo, el Siervo de Dios mons. Jorge Gottau, el 1° de octubre.

Queremos conmemorar este acontecimiento con una GRAN MISIÓN DIOCESANA y, para ello, nos venimos preparando desde hace 3 años.

El lema que iluminará nuestra acción pastoral para el corriente año es el siguiente:

“DE UNA IGLESIA MISIONADA A UNA IGLESIA DISCÍPULA-MISIONERA”

Quisiera articular esta carta en base a LA ORACIÓN POR LA MISIÓN que estamos rezando en nuestras comunidades desde el pasado 1º de octubre a fin de pedir a Dios Padre por los frutos de la Gran Misión Diocesana.

La transcribo completa:

“Padre de bondad
te agradecemos por el don del Bautismo,
que nos hace tus hijos amados.

Tú enviaste a tu Hijo
para darnos a conocer tu Palabra,
haciendo arder nuestros corazones.

Ahora nos eliges y nos envías a nosotros
en esta hora de la Iglesia en Añatuya,
para ponernos en estado de misión.

Hemos recibido mucho
en estos 50 años como diócesis,
por eso, es tiempo de dar
desde nuestra pobreza
dejando atrás la pasividad y el conformismo.

Derrama tu Espíritu
y renueva nuestras comunidades,
para que seamos los discípulos-misioneros
que tu Iglesia y nuestro mundo necesita.

Haz que formemos comunidades orantes, fraternas y misioneras en torno a tu Palabra
para que nadie quede sin recibir
el anuncio de tu salvación.

Que el Evangelio de Jesús
llegue así a los rincones más escondidos
de nuestra diócesis,
especialmente a los más pobres,
a los que más sufren,
a los que se sienten más alejados de tu amor.

Que María nuestra Madre
nos permita celebrar misionando
estos 50 años de bendición
y gracia para nuestra diócesis,
y nos encienda en aquel mismo fervor
que nuestro primer Obispo, Jorge Gottau,
tuvo por anunciar tu Palabra.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

A)“Padre de bondad te agradecemos por el don del bautismo…”:

“La oración por la Misión Diocesana” se inicia así:

“Padre de bondad
te agradecemos por el don del Bautismo,
que nos hace tus hijos amados.
Tú enviaste a tu Hijo
para darnos a conocer tu Palabra,
haciendo arder nuestros corazones.
Ahora nos eliges y nos envías a nosotros
en esta hora de la Iglesia en Añatuya,
para ponernos en estado de misión...

Hemos de revalorar el don del bautismo que hemos recibido y que nos convierte en hijos amados de Dios, con el derecho de llamarlo padre.

Él envió a su hijo al mundo para que se encarnara y, sin dejar de ser Dios, se hiciera hombre como nosotros. En Cristo se revela “cuánto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna”.

Ahora, el Padre nos llama y nos elige a nosotros para que seamos auténticos discípulos-misioneros de Jesús, es decir, anunciadores de la maravillosa Buena Noticia:

¡Dios PADRE tuvo compasión de la humanidad caída en el pecado, se ha hecho presente en nuestra his-toria en Jesucristo, su Hijo amado y nos trajo la salvación a través de su pasión, muerte y resurrección!

Este es el “kerigma”, el anuncio fundamental que los cristianos tenemos que transmitir, con toda la fuerza de nuestra convicción, a los demás.

B) “Hemos recibido mucho en estos 50 años como diócesis…”

La oración por la misión continúa así:

…Hemos recibido mucho
en estos 50 años como diócesis,
por eso, es tiempo de dar
desde nuestra pobreza
dejando atrás la pasividad
y el conformismo…

El Jubileo es una oportunidad para tomar conciencia de tanto que ha recibido la diócesis de Añatuya a lo largo de estos 50 años, merced a la ingente labor de su primer obispo y de su sucesor, quienes implantaron esta Iglesia particular.

·LA IMPRESIONANTE TAREA DE MONS JORGE GOTTAU:

Tengamos en cuenta que cuando llegó Mons. Gottau había desde el punto de vista eclesial, en este vasto y pobrísimo territorio, sólo 7 parroquias con 7 sacerdotes, ninguna religiosa, ningún laico consagrado. Muchas personas hacía años que no veían un sacerdote y ni siquiera conocían a una consagrada. Hasta me atrevería a decir que, en algunos lugares, la realidad era casi de “primera evangelización”…

¡Qué panorama desolador se encontró este obispo que llegaba con todas las ilusiones y ansias misioneras!

Sin embargo, Mons. Gottau no se desanimó. Se convirtió en un “obispo mendicante” que comenzó a escribir “a medio mundo” y a recorrer la Argentina y Europa buscando, desde ayuda económica para construir iglesias, capillas, escuelas, hogares, residencias, hasta agentes pastorales, a fin de que le vinieran a dar una mano en la vasta tarea evangelizadora que le aguar-daba por delante.

Fue incansable, hasta el final. Ni siquiera la enfermedad, que lo obligó a una deli-cada intervención quirúrgica dos años antes de terminar su ministerio pastoral, lo abatió… Y así nos encontramos con las numerosas obras de bien que goza esta porción del Pueblo de Dios.

Nos quedamos mudos de asombro al comprobar la labor de este hombre de Dios y por ello creo que vale la pena enumerar todo lo que ha emprendido este Siervo de Dios. Lo podrán encontrar, a modo de apéndice y de manera muy sintética, al final de esta carta pastoral.

Son muchos los voluntarios laicos -de la Argentina y del exterior- que han donado su vida por el bien de los habitantes de esta diócesis. Asimismo, son numerosos los grupos misioneros, que han venido y siguen viniendo, de otras partes de la Argentina a compartir su fe con nosotros; además de varias asociaciones que ofrecen sus servicios solidarios para las dis-tintas necesidades de nuestro pueblo…

C) “Por eso, es tiempo de dar desde nuestra pobreza…”

Reitero, ha sido muchísimo lo que ha recibido en estos 50 años el pueblo de Dios caminante en Añatuya, por eso ahora llegó el momento de responder...

Creo que la GRAN MISIÓN DIOCESANA es la oportunidad para que todos los fieles cristianos seamos agradecidos por el don de la fe transmitidos por nuestros antecesores y respondamos con generosidad a través de nuestro compromiso misionero.

Debemos crecer, madurar, ser responsables y, “dejando atrás la pasividad y el conformismo…” pasar de una Iglesia “acostumbrada a recibir” a una Iglesia que “sea capaz de dar”, de entregarse por el bien de los hermanos, particularmente los que se han alejado, o son indiferentes a la Fe.

No nos debe desanimar el hecho de que todavía nos experimentemos muy caren-ciados. Dios obra a través de instrumentos pobres y débiles cuando éstos, con fe y confianza, se ponen en sus manos.

·OBJETIVOS DE LA MISIÓN:

Por eso quiero nuevamente recordarles los OBJETIVOS que hemos señalado en la carta de convocación a la GRAN MISIÓN y que están reflejados en la oración:

1º. Llegar a todos con el anuncio del kerigma a fin de que nuestros fieles tengan un encuentro personal con Jesucristo:

“…que nadie quede sin recibir
el anuncio de tu salvación.
Que el Evangelio de Jesús
llegue así a los rincones
más escondidos de nuestra diócesis,
especialmente a los más pobres,
a los que más sufren,
a los que se sienten más alejados
de tu amor…”

El encuentro con Jesucristo, a través de su Palabra, da un nuevo sentido a la existencia y es el camino que lleva a superar la soledad, el miedo, la tristeza y la angustia que se abate sobre tantas personas en estos tiempos. ¡Los que somos sus dis-cípulos hemos de anunciarlo con convicción y entusiasmo!

2º. Lograr la renovación de nuestras parroquias a fin que las mismas con-tinúen en “estado de misión permanente”:

…”Derrama tu Espíritu
y renueva nuestras comunidades,
para que seamos los discípulos-misioneros
que tu Iglesia y nuestro mundo necesita…”

Es fundamental que nuestras comunidades parroquiales se renueven, superen las “estructuras caducas” que ya no evangelizan y sean cada vez más misioneras.

3º. Formar pequeñas comunidades en torno a la lectura de la Palabra de Dios.

“…Haz que formemos comunidades
orantes, fraternas y misioneras
en torno a tu Palabra…”

La formación de los “círculos bíblicos” en parroquias, capillas, y también en las ca-sas de familia han de ser uno de los frutos más importantes de esta misión.

·ETAPAS:
Estamos implementando esta misión en dos etapas:

1ª. Una preparatoria (desde el 1° de octubre de 2010 al 24 de abril de 2011), que consiste en una tarea de “sensibilización, convocación y preparación”.

2ª. La misión propiamente dicha (24 de abril al 1° de octubre 2011):

Al iniciar el Año Jubilar en Añatuya se comenzó a distribuir los afiches y las estampas con la oración. Se dispone de más cantidad para los que deseen.

En el Encuentro de pastoral que tendremos en marzo (14-17) definiremos las líneas de trabajo para la misión y para la clausura de este Año Jubilar.

Allí se entregará, además, “el tríptico” que el Santo Padre Benedicto XVI regalara a los obispos al iniciar la Conferencia de Aparecida (2007) para llevar a las familias y el “Subsidio para el misionero” que hemos elaborado con el aporte del EDAP y otras colaboraciones.

Motivo a los agentes pastorales, en los distintos ámbitos donde desempeñan su trabajo, para que busquen, con creatividad y de manera comunitaria, la forma de llegar a todos los hermanos con el anuncio evangélico.

Convoco de manera particular a los niños, adolescentes y jóvenes, a que se ofrezcan y preparen para participar con entusiasmo y alegría de esta Gran Misión Diocesana que “debe involucrarnos a muchos para llegar a todos”.

D) REZAR INTENSAMENTE POR LA MISIÓN

¡Todos podemos y debemos participar de la misión!

También los enfermos o los que están imposibilitados por diversas causas lo pueden hacer desde sus casas uniéndose en la plegaria.

La oración humilde, confiada e insistente al Padre de las misericordias hará que nuestra labor produzca “fruto abundante”.

Un modo bien concreto será rezando todos los días en nuestras casas, individualmente o en familia, la ORACIÓN POR LA MISIÓN.

Motivo encarecidamente a que se recite particularmente al final de las mi-sas, rosarios, horas santas, novenas, triduos, etc. en las parroquias y capi-llas. También los colegios, hogares -de ancianos, discapacitados, niños…- y otras instituciones diocesanas son ámbitos propicios para promover el rezo por la misión.

Ponemos confiados en las manos de María, Madre de Dios y de la Iglesia, todo lo que emprendamos en este Año Jubilar a fin de que Ella lo presente a su Hijo Jesús por eso finalizamos nuestra Plegaria por la Misión Diocesana de esta manera:

Que María nuestra Madre
nos permita celebrar misionando
estos 50 años de bendición
y gracia para nuestra diócesis,
y nos encienda en aquel mismo fervor
que nuestro primer Obispo, Jorge Gottau,
tuvo por anunciar tu Palabra.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Con mi bendición.

OBRAS QUE EMPRENDIÓ MONS. JORGE GOTTAU EN SUS 31 AÑOS DE MINISTERIO EPISCOPAL EN LA DIÓCESIS DE AÑATUYA

·En el plano propiamente pastoral:

* Se han creado 22 parroquias, atendidas por 33 sacerdotes (entre ellos varios misioneros de Argentina y también del extranjero); se han construido unas 300 capillas. Mons. Baseotto creó, en 1994, una cuasi-parroquia.

* A la presencia y acción sacerdotal se suma la de religiosos/as y laicos comprometidos en la actividad misionera de la Iglesia que en número superior a los 130 atienden a la población en lo que atañe al trabajo pastoral en el más amplio sentido del término.

·En el aspecto cultural se han creado:

* 4 jardines de infantes
* 5 escuelas de Educación Primaria.
* 10 escuelas secundarias con diversas orientaciones.
* 2 profesorados para la formación de docentes.
* 1 escuela especial para niños con dificultad de aprendizaje
* 5 escuelas de capacitación laboral: corte y confección, tejido, peluquería, carpintería, repostería…
* 1 escuela de auxiliares de enfermería.
* 2 centros de alfabetización de adultos.
* talleres para la formación de la mujer.
* emisoras de radio AM y FM.
* 1 centro cultural.
* 1 centro recreativo.

·En el plano promocional se crearon:

* 10 residencias o albergues estudiantiles
* becas para estudiantes
* erradicación de ranchos
* mutual (farmacia)
* proyectos agrícolas (pre-cooperativas)
* provisión de agua potable (perforaciones y equipos de osmosis inversa)
* aljibes comunitarios
* prevención y tratamiento del infectado de Chagas
* Se han construido más de 4.000 viviendas mediante la ayuda mutua y esfuerzo propio para favorecer a las familias más numerosas y pobres.
* Profesionales que hoy prestan su servicio en el medio (y otros que han emigrado) han podido concluir su carrera gracias a las becas otorgadas por el Obispado.

·En el aspecto asistencial se promovió la creación de:

* Cáritas en casi todas las parroquias, donde se atiende: dispensarios, comedores, roperos, talleres...
* Centro Materno Infantil; control de salud de la madre y el niño y provisión de leche y medicamentos a niños de 0 a 2 años.
* Hogares: 1 de 35 niños huérfanos y/o con problemas de familia. 2 de 25 ancianos cada uno. 3 de 18-25 discapacitados profundos cada uno.
* En varios puntos de la diócesis funcionan dispensarios con los medicamentos más usuales provistos por bienhechores de Argentina y Alemania.
* También se han creado polos de desarrollo productivo para neutralizar el éxodo: Proyecto de El Salado (más de 1.300 familias)