Caminata de Nuestra Señora del Valle

La imagen de Nuestra Señora del Valle, patrona de la diócesis de Añatuya, con el lema “Para que tengamos Vida Plena”, recorrió numerosas localidades, entre el 15 de agosto y el 8 de diciembre de 2008, como un aspecto más de la preparación para el Jubileo Diocesano y para la Asamblea Nacional de Cáritas Argentina.

Acompañar la Caminata de Nuestra Señora del Valle y recibirla en cada comunidad tuvo y tiene un sentido muy importante porque produce un tiempo oportuno de gracia y de salvación.

Es una forma concreta de celebrar la vida que se abre paso en medio de conflictos y dificultades y de celebrar la alegría de ser discípulos y misioneros para anunciar el Evangelio de Jesús.

También es una manera de estrechar lazos y crecer en comunión.

Ayuda a descubrir la voluntad de Dios y a vivir la necesaria conversión personal, comunitaria e institucional reflexionando acerca del sentido de la misión desde la realidad de la vida del pueblo.

En este caminar, la imagen de María salió a visitar las comunidades con los agentes de Cáritas junto a los fieles, animando la vida plena de sus hijas e hijos que sufren las situaciones más dolorosas de privación injusta.

El pueblo de Dios es una comunidad en camino, que confía en que Jesús mismo es el camino y que él lo recorre junto a nosotros… Mientras caminamos hacia Jesús, estamos en Jesús. Él le da sentido y destino al caminar.

Añatuya comenzó a caminar

El 15 de agosto, el padre obispo Adolfo Uriona realizó la bendición como lanzamiento de la Caminata de Nuestra Señora del Valle. La imagen salió a recorrer los caminos de la diócesis desde la iglesia catedral y ya el 19 de agosto llegó a la comunidad de Vilelas, donde fue recibida por más de 180 fieles entre demostraciones de profunda fe, devoción y esperanza.

El mismo día, continuó su andar y en la entrada de la ciudad de Quimilí a 100 km de Añatuya, el párroco de San Pedro y San Pablo junto a un grupo de feligreses, entre cantos y rezos, salió a su encuentro para que permaneciera en la comunidad por siete días.

El 28 llegó a Suncho Corral, y fue recibida con la celebración de la misa que convocó a toda la comunidad para vivir la novena de la fiesta de Santa Rosa de Lima patrona de la ciudad.

Un grupo de alumnos de escuelas primarias y secundarias junto a sus maestros y a gran parte de la comunidad, recibieron a María en la comunidad de Weisburd. Una vez que la Caminata partió de Weisburd, a la altura de la localidad de Vilelas se encontró con un grupo de mujeres manifestantes que estaban movilizadas en protesta por la contaminación del agua. Este “piquete” detuvo a más de trescientos camiones solicitando la presencia de los medios de comunicación de la provincia, así que los peregrinos tomaron contacto con el corresponsal del diario El Liberal y oficiaron de noteros llevando la información a la población. Sin duda que María en su caminar muestra los signos de nuestra realidad, y nos invita a comprometernos con ella.

El 30 de septiembre, después de recorrer caminos horribles, llegaron a la comunidad de La Candelaria (distante a 485 Km.). A la entrada esperaban los niños de la escuela con sus banderas de ceremonia, personas de diversas comunidades con instrumentos musicales, madres misioneras invitando a participar y alabando a la Virgen por medio de un megáfono, bombas de estruendo y música… La procesión llegó a la escuela, donde la directora y los docentes recibieron a Nuestra Señora del Valle con palabras de bienvenida, oraciones, peticiones y agradecimientos. Después, con el rezo del Rosario, entre misterio y misterio, al compás del bombo y el acordeón se ofreció un baile tradicional a la Virgen.

La comunidad despidió a su Madre el 3 de octubre en una comunidad rural muy pequeña llamada Jumialito, en la fiesta de su patrono san Francisco Solano. Se realizó una adoración durante toda la noche, con bailes y cantos, que terminó con el Rosario de la aurora y llevando la imagen a la comunidad de San José del Boquerón.

Pero la Caminata no es sólo andar sino que, en algunas comunidades, se multiplica esta experiencia con un taller de reflexión y participación que consta de tres pasos:
1. Contemplar la vida, en el que se evalúa la realidad comunitaria;
2. Redescubrir la vida en Jesús, que es un momento para iluminar la realidad y recorrerla tomados de la mano de Jesús y su mensaje, y
3. Ser servidores de la vida, para comprometerse como discípulos y misioneros a caminar al servicio de la vida.

Este taller está destinado a integrantes de Cáritas parroquiales y barriales, y a los que desean participar de la comunidad eclesial. Fácilmente se puede comprobar como, en ese ambiente de fraternidad y diálogo, los participantes comparten sus dolores y sus esperanzas y muestran como, ante los obstáculos y desafíos que presenta la realidad, confía en la presencia salvadora de Jesús y sigue adelante.

En la localidad de Tacañitas, a 40 km de Añatuya, Ntra. Sra. del Valle fue recibida por un centenar de personas y fue llevada a pueblos y parajes muy  pequeños. Casualmente, después del paso de la imagen comenzó a llover y eso fue visto como una gracia de la virgen después de una sequía que ya llevaba seis meses.

En cada comunidad sorprende la devoción expresada en profundas muestras de amor y respeto hacia María y renueva la esperanza en que es posible una nueva evangelización que lleve el mensaje de Jesús a cada rincón de la diócesis.